viernes, marzo 23, 2007

Fresa con Paul Celan / G. Rojas

De Gonzalo Rojas
A todo esto veo a nadie, pulso el peso
de nadie, oigo pardamente
a nadie la respiración y es nadie
el que me habita, el que
cabeza cortada piensa por mí, cabeza aullada,
.....................................................................meo
por Rimbaud contra el cielo sin heliotropos
ni consentimiento,
.........................de estrellas
que envejecen está hecho el cielo, noche
a noche el cielo, de hilo hilarante
cuya costura pudiera ser a medio volar
la serpiente,
................nadie el traje,
el hueso de la adivinación nadie,
.............................................me aparto
a mi tabla de irme, salvación
para qué con todo el frío
parado en la galaxia que hace aquí, ciego
relámpago por rey; debiera uno,
si es que debiera uno, llorar.

De Del relámpago (1981)

Gonzalo Rojas, con 90 años a cuestas, guarda ciertos lamentos. "Qué pena", se duele el poeta, "estoy cerrando el juego de vivir, de respirar, y lo más que hubiera deseado en este mundo era hacer cine, eso me gusta, el gran cine del mundo". Pero ya es tarde, señala, y el arte cinematográfico exige otras cosas, entre ellas, dos ojos, y él sólo cuenta con uno. "Del derecho ni hablar, me dijo un día mi oftalmólogo: 'Ya no le sirve para nada, así que sígase nomás con el izquierdo'. (...) De este modo es que escribo solamente con mi ojo izquierdo, intentando trans-ver, que es más que ver, aunque no sé si lo consigo". / Rojas, en marzo del 07, Casa Refugio Citlaltépetl.
Gonzalo Rojas (Lebu, Chile, 1917)

domingo, marzo 18, 2007

Preguntas esenciales hacia la propia familia (fragmento) / A. Tarrab

De Alejandro Tarrab

la distancia es un sentirse abandonado
cruzaron la luz del camellón lleno de palmeras los miraste cruzar hacia lo que sentías lejos habías despertado sin nadie en medio de la luz buscaste su rastro corriste a la ventana la distancia es un sentirse abandonado te miraste llorar en el reflejo de cristales vertido como una lluvia desviándose a través de la transparencia ¿te habituarías después a viajar a vivir solo? ¿a hacerte el café y sentarte dolido en tu mesita americana a soportar el frío? leerías simplemente algo así lleno de miedo como un mamífero recién nacido pequeñísimo cordado y pulmonar indefenso dado entre miles para la preservación así solo y boca arriba en la oscuridad
acabarás tal como estás ahora
De Litane (2006)

Poesía esencial. Litane es eso y no otra cosa. Editado, además, por Cuadradro Negro en una hermosa edición. El Pájaro saluda al señor Tarrab con este poema, a quien por cierto conocí mientras Raúl Zurita disertaba sobre la poesía y su rol marginal.

Alejandro Tarrab (Ciudad de México, 1972)

domingo, marzo 04, 2007

Para que tú me oigas / P. Neruda

De Pablo Neruda

Para que tú me oigas
mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas.

Collar, cascabel ebrio
para tus manos suaves como las uvas.

Y las miro lejanas mis palabras.
Más que son mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.

Ellas trepan así por las paredes húmedas.
Eres tú la culpable de este juego sangriento.

Ellas estás huyendo de mi guarida oscura.
Todo lo llenas tú, todo lo llenas.

Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.

Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
para que tú me oigas como quiero que me oigas.

El viento de la angustia aún las suele arrastrar.
Huracanes de sueños aún a veces las tumban.
Escuchas otras voces en mi voz dolorida.
Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas.
Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme.
Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.

Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.
Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.

Voy haciendo de todas un collar infinito
para tus blancas manos, suaves como las uvas.

De 20 poemas de amor y una canción desesperada (1924)
Se piensa que Pablo Neruda adoptó ese nombre en honor al escritor checo Jan Neruda. Incluso Neftalí Reyes (su verdadero nombre) dejó correr la creencia. Pero una investigación de Enrique Robertson, escrita hace cosa de 5 años (o 10, ya no recuerdo), señala que el apellido surge de Wilma Neruda, violinista austriaca mencionada en Estudio en escarlata de Sir Arthur Conan Doyle. Robertson apunta en El enigma inaugural que el chileno fue un gran admirador de Doyle y de la música de concierto. El nombre de Pablo, por su parte, habría de originarse de La liga de los pelirrojos, en donde Sherlock Holmes hace referencia al compositor Pablo de Sarasate, que en 1878 dedicó una partitura a la austriaca. En 1920, en Chile, habría llegado esa partitura a manos de un joven Neftalí Reyes, surgiendo entonces el nacimiento del poeta. / Vayan al estudio de Robertson, mucho más ameno que este aburrido compreso.

Pablo Neruda (Parral, Chile, 1904 - Santiago, Chile, 1974)