jueves, noviembre 09, 2006

Segundo anuncio / R. Verdugo

De Rodrigo Verdugo
Se conectan mangueras al cuerpo para tragar agua de mar día y noche

y así enloquecidos partir a la guerra que hay entre derrumbes y desdoblamientos

son de la familia del hombre que alimentaba embriones astrales con tinta

sus ecos llevan alcohol a la estrella, convierten en piedra pomez los cruceros

Los están urdiendo desde lejos, por eso sienten la angustia que rodea al rayo

llevan tierra a los espejos para ver si ella es la medida de la resurrección

prepararon un largo festejo como vidrios que buscan una fibra oblicua

nada pueden contra ellos, los exorcismos marinos que ahora bajan por los cristales

ni esa arena invisible donde permanecen las ataduras

Se hieren y esas cicatrices diferencian los enarbolados contactos que hay entre la luz y el aire

nos hacen lejano el cuerpo, cercana la incógnita de la que brotan las aguas

ponen una nube trepadora al lado del instrumento espumoso

dicen que "Cuando se enjaula la sangre, se le debe preguntar si cielo o mar a la huella"

tantos resplandores nos han sido vedados desde que las puertas volaron en busca del día

desde que la muerte tenia la muerte en alto

Refulge como nunca el hilo que detuvo al diluvio

partieron en busca de emblemas para la tierra

la seca estrella puso cuerpos acalambrados en el camino

Los están urdiendo desde lejos y avanzan y avanzan

encierran fuego en las estrellas para hacer reñir a las aves

son reclamados como esas banderas o seres sin cabeza que hacen piar la imantación

aunque todo parezca perfecto, fijo e indisoluble

todas las tardes raspan sangre seca de pájaro por el bien de todas las estructuras

Partieron en busca de emblemas para la tierra

de ese arraigo titilante que está en vías de ser un internado de cisnes mortíferos

donde se entra a darse esos roces enrejados que hay entre los espermatozoides y el anticristo

seres turnios hacen maderos a la orilla del camino

se ajustaron los astros a un hilo de sangre

¿Qué harán esta noche que los estoy mirando?

tendrán una muerte con contornos de aire

o agrandaran el anillo

o conseguirán un cadalso glúteo

o sólo esperarán el día, porque siempre en el día tendrán la edad de los árboles

Nosotros bebemos y nos alumbramos, pero aguas y luces se abstienen de nuestra postrera desnudez

Todo esto ya no está ni en la larvada oscuridad de quien ha cerrado todas las puertas

y esperado que los vidrios muestren aires sucesores

Tocamos el dolor de los animales en los abismos nuevos

después el cielo sólo refleja nuestra afinidad con las piedras
De Anuncio (inédito)
Rodrigo se inició en Isla Negra, y ya con eso. Me refiero a un taller de poesía en Santiago, supongo, pero es Isla Negra. Ahora que digo esto recuerdo algo parecido a que Pablo mandaba a Matilde a la playa, y se iba Matilde y se sentaba en la arena, esperando que el mar arrojara la tabla que Pablo había vislumbrado a lo lejos, flotando en las olas, desde su ventana. Esa tabla, tocando tierra, sería tomada por las manos de Matilde, y más tarde las manos de Pablo la harían su escritorio. Me acuerdo de algo parecido a eso ahora que Rodrigo me escribe del taller Isla Negra, y ahora que leo si cielo o mar a la huella... / Foto: RSVP
Rodrigo Verdugo (Santiago, Chile, 1977)

5 Comments:

Blogger edegortari said...

Pues muy bueno el poema, en verdad. Saludos.

16 noviembre, 2006 22:38  
Blogger Tristán said...

:P

27 noviembre, 2006 23:55  
Anonymous Anónimo said...

me encantó... buen poeta , muy buen poeta
un abrazo

14 diciembre, 2006 12:51  
Blogger Tristán said...

Ah, caray, el Maese, qué le debo, eh??? Qué le debo??????! Un abrazo, mista, gusto en verlo por los lares.

Chidas las letras, no? Puf, acabo de releerlas. Me cae que puf.

14 diciembre, 2006 22:12  
Anonymous Anónimo said...

Gran poeta este Rodrigo Verdugo.

19 febrero, 2011 12:16  

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